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SANITARIOS TARAGUI

Mostrando entradas con la etiqueta Por Mario Vidal - Periodista Chaqueño. Mostrar todas las entradas
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lunes, 14 de septiembre de 2020

Sarmiento, el catolicismo y la masonería

El pasado día 11 de septiembre, se conmemoró el 132° aniversario de la muerte del hombre que revolucionó la forma de enseñar en la Argentina: 

“El loco Sarmiento”. 

Amigos y enemigos lo apodaban “El loco Sarmiento” porque hacía cosa de locos. 

Siempre fue así. Ya de joven la gente decía de él que era un “cuyano alborotador”. 

Pero no era un loco sino un adelantado a su tiempo que veía cosas que los de su tiempo no veían. Aconsejó la incorporación de verduras a las dietas, pregonó la necesidad de alambrar los campos, plantó en Tigre mimbre que había traído de afuera, trajo de Australia los eucaliptus y promovió el telégrafo, que muchos tildaban de cosa absurda. 

Esas fueron solamente algunas de las “locuras” de éste sanjuanino que a los cuatro años de edad ya leía de corrido y a los quince años enseñaba a gente mayores que él. 

Pero a Sarmiento no se lo recuerda por aquellas cosas. Se lo recuerda por impulsar la educación popular, por crear ochocientas escuelas en todo el país y por imponer el normalismo (Escuela Normal), el sistema que educó y educa a millones de argentinos. 

En el marco de otro “disparate grande y sublime”, trajo 65 maestras norteamericanas a las que llamaba “hijas de Sarmiento” pero que fueron rechazadas por la Iglesia porque no eran católicas. El gobierno argentino entendió que el Estado del Vaticano no tenía por qué entrometerse en sus decisiones internas y echó al Nuncio Apostólico. 

Las relaciones quedaron rotas, por varios años. La obra educativa de Sarmiento fue tan grande que quien lo sucedió en el cargo fue su ministro de Educación, Nicolás Avellaneda. Después se distanció de Avellaneda, no porque éste fuese católico y él masón sino porque Avellaneda y su mujer eran partidarios de la enseñanza religiosa en las escuelas en tanto que él sostenía que el catecismo no tenía por qué estar en las escuelas. 

Triunfó el pensamiento sarmientista, y la educación comenzó a ser mixta, laica y obligatoria. La enseñanza del dogma católico fue sacada de las aulas para ser enseñada en las iglesias y en los hogares. 

Debido a que Sarmiento era Gran Maestre de la Masonería Argentina, el catolicismo tomó a dicho cambio como un triunfo de la masonería sobre el catolicismo. Sarmiento pertenecía a dicha Logia desde 1854, pero cuando lo designaron Presidente renunció por un tiempo debido a que constitucionalmente no podía ser presidente y masón. 

En una cena que el 28 de septiembre de 1868 le ofrecieron sus hermanos con motivo de su designación presidencial, Sarmiento pronunció un discurso donde aclaró que la masonería no era enemiga del catolicismo, como se decía y se sigue diciendo. 

Una cena, un discurso 152 años después, vale la pena reproducir parte del discurso de Sarmiento en aquella cena: “Llamado por el voto de los pueblos a desempeñar la primera magistratura de una República que es por mayoría del culto católico, necesito tranquilizar a los timoratos que ven en nuestra institución una amenaza para las creencias religiosas. 

Si la masonería ha sido instituida para destruir el culto católico, desde ahora declaro que no soy masón. 

Declaro además que habiendo sido elevado a los más altos grados de la Masonería con mis hermanos los generales Mitre y Urquiza, por el voto unánime del Consejo de Venerables Hermanos, si tales designios se ocultan aún a los más altos grados de la Masonería, ésta es la ocasión de manifestar que o fuimos engañados miserablemente o no existen tales designios ni tales propósitos. 

Yo afirmo solemnemente que no existen ni han existido designios ni propósitos de ésta grande y universal confraternidad de destruir el culto católico. Hay millones de masones que son protestantes. Si el designio de nuestra institución fuera atacar las creencias religiosas esos millones de protestantes estarían conspirando contra el protestantismo y estarían a favor por lo tanto del catolicismo, de cuya comunidad están separados. 

No debo disimular que S.S. el Sumo Pontífice se ha pronunciado en contra de estas sociedades. Con el debido respeto a las opiniones del Jefe de la Iglesia, debo hacer ciertas salvedades para tranquilizar los espíritus. Hay muchos puntos que no son de dogma en los que, sin dejar de ser apostólicos romanos los pueblos y los gobiernos cristianos pueden diferir de opiniones con la Santa Sede. 

Dictaré algunos. En el famoso “Syllabus”, S.S. declaró que no reconocía como doctrina sana ni principio legítimo la “soberanía popular”. Si hemos de aceptar ésta doctrina papal entonces nosotros pertenecemos de derecho a la corona de España. 

Pero tranquilizáos: teniendo por base de nuestro gobierno la soberanía popular, igual podemos ser muy cristianos y muy católicos. El “Syllabus” se declara abiertamente contra la libertad de conciencia y la libertad del pensamiento humano. 

Pero el que redactó el “Syllabus” se guardó muy bien de excomulgar de la comunidad católica a las naciones que están fundadas sobre la libertad del pensamiento humano, por miedo de quedarse solo en el mundo con el “Syllabus” en la mano. El Presidente de la República Argentina debe ser, por la Constitución, católico, apostólico, romano. 

Éste requisito impone al gobierno sostener el culto católico y proceder lealmente para favorecerlo en todos sus legítimos objetos. Éste será un deber para mí, y lo llenaré cumplidamente. 

Los masones profesan el amor al prójimo sin distinción de nacionalidad, de creencias o de gobierno, y practican lo que profesan en toda ocasión y lugar. ¿Acaso es falso el dinero que los masones mandamos a Mendoza en auxilio de los que escaparon del temblor? 

¿Son ineficaces nuestros esfuerzos, nuestras caridades, para remediar cuanta dolencia, cuanta miseria aflige a los desvalidos? ¿No merecen ni gratitud ni estimación estos socorros propios de la sublime parábola del Samaritano? Hechas estas manifestaciones para que no se crea que disimulo mis creencias, tengo el deber de anunciar a mis hermanos que de hoy en adelante me considero desligado de toda práctica o sujeción a estas sociedades. 

Llamado a desempeñar altas funciones públicas, nada ha de desviarme de los deberes que me son impuestos. Cuando vuelva a ser de nuevo un simple ciudadano, volveré para ayudaros en vuestras filantrópicas tareas, esperando desde ahora que por los beneficios realizados a favor del prójimo ustedes habrán de continuar conquistando la estimación del público. 

Con vuestra abstención de tomar parte en las cuestiones políticas o religiosas que ocurriesen, lograréis disipar las preocupaciones de los que por no conocer nuestros estatutos no saben que somos los más firmes apoyos de los buenos gobiernos, los más saludables ejemplos de la práctica de las virtudes cristianas, y los más caritativos amigos del que sufre”.-

FUENTE: Por Vidal Mario / (Historiador)

miércoles, 2 de septiembre de 2020

"José Hernando Pirota: Perfil de un hombre que vivió a 150 kilómetros por hora"

José Hernando Pirota es un hombre que siempre vivió a 150 kilómetros por hora, y su vida siempre estuvo marcada por el vértigo, la velocidad y los desafíos. 

Abogado, fue también muchas otras cosas: 

Futbolista, jugador de rugby (integró la selección santafecina), remero, presidente del Club Central Norte, presidente del Hindú Club, funcionario público, consultor electoral en varios países latinoamericanos, periodista, locutor, conductor de un programa radial llamado “Actualidad a media tarde”, motoquero, escritor, y viajero conocedor de todos los continentes

En 1970 logró que centenares de trabajadores aborígenes del Ingenio Las Palmas cobraran el salario familiar que la empresa, ya en default, no quería pagarles. 

A partir de 1983 fue director no solamente del Registro Civil de la Provincia sino también Director Nacional de todos los Registros Civiles de la República Argentina. 

En 1992, el gobierno de Tauguinas lo echó de su cargo de Director del Registro Civil de la Provincia, pero de inmediato la Organización de Estados Americanos (OEA) lo contrató para misiones de control electoral en Paraguay, Perú, Venezuela y República Dominicana. 

El 15 de mayo de 2009, a los 65 años, ejercía por rutas misioneras su deporte de motoquero cundo una camioneta Toyota Hilux lo arrolló, lo arrastró más de 35 metros y lo dejó entre la vida y la muerte. Misión en el Paraguay En representación de la OEA le tocó supervisar las elecciones paraguayas de 1993, tarea que compartió con otros dos notables chaqueños, Rubén Perina y Claudio Escalada. 

En Paraguay, las identidades de muchos ciudadanos dejaban mucho que desear. Adolecían de falencias increíbles que hasta les posibilitaban votar varias veces en una misma elección. La solución que los tres chaqueños encontraron fue la introducción del dedo meñique del votante en una tinta especial que perduraba por lo menos 15 días. 

El procedimiento no era ni muy técnico ni muy ortodoxo, pero ya no permitió el fraude de que una misma persona votase un montón de veces en una misma elección. Lograron además un “acuerdo de convivencia democrática” entre los principales candidatos a las elecciones presidenciales y líderes de otras fuerzas políticas. Y, especialmente importante, los representantes de la OEA abortaron la intervención de los militares en esas elecciones. 

El general Lino Oviedo, comandante del primer cuerpo del Ejército, había dicho que las fuerzas armadas habían decidido “cogobernar con el glorioso Partido Colorado por sécula seculorum, le guste a quien le guste, moleste a quien moleste, y chille quien chille”. 

Esa amenaza de intromisión militar fue evitada y las elecciones se realizaron limpiamente, transparentemente, e irreprochablemente. Ganó el candidato oficialista Juan Carlos Wasmosy, uno que años después, ya expresidente, presentaría en Asunción uno de mis libros sobre la guerra de la triple alianza. 

Corridos por la mafia Pirota y un uruguayo llamado Carlos Amado después fueron designados por la OEA y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para estudiar el caótico y desorganizado parque automotor paraguayo. 

El sesenta por ciento del parque automotor era “mau”, como llaman los paraguayos a los vehículos ingresados ilegalmente desde países vecinos. Sin papel alguno, circulaban libremente. Pero pisaron callos de gente muy influyente que querían que las cosas siguieran como estaban. 

Fueron amenazados de muerte. “Si no queremos terminar flotando en el río Paraná tenemos que irnos en forma urgente de acá”, le dijo a su compañero, uruguayo. 

Y así lo hicieron, uno disparó para el Chaco y el otro para el Uruguay. Lo que hoy es el Registro Nacional del Automotor del Paraguay lo terminaron armando desde sus respectivas casas. 

Bajo el fuego de Sendero Luminoso Pero donde más cerca estuvo de la muerte fue en Perú. En ocasión de las elecciones generales realizadas allí en octubre de 1993, la OEA le había encargado “trazar el perfil y la actuación política institucional del presidente Fujimori, consecuente con su trayectoria y vigencia futura en los destinos del Perú”. 

Por razones de seguridad no andaba con la credencial de la OEA en los bolsillos. Su función también consistía en seguir al intrigante asesor presidencial Vladimiro Montesino, un monje negro de conducta muy similar a la que había tenido López Rega en Argentina. 

Perú, entonces, no era un buen lugar para ir a trabajar, menos aún para la OEA. Cualquiera podía ser muerto por la organización terrorista Sendero Luminoso o por el narcotráfico, que sometían a regiones enteras con dominio absoluto de personas, aldeas y zonas rurales. Una noche, Pirota y los demás veedores de la OEA estaban en el hotel “Las Américas” de Lima, fuertemente custodiados por fuerzas como el SWAT de Estados Unidos, cuando un coche bomba estalló a metros de distancia. 

“Senderos atacó el hotel donde se hospeda misión de la OEA”, expresó, en tapa, el diario “Correo”. No mucho después, Pirota y otros veedores se trasladaban en dos helicópteros “Antonov” rusos a una lejana localidad ubicada en plena selva peruana, limítrofe con Brasil. 

El primer helicóptero transportaba material electoral, y el segundo los llevaba a ellos y a un general de apellido Sobreville. El primero de los aparatos fue atacado por Sendero Luminoso con balas trazadoras que perforaron íntegramente el fuselaje, dejando la plataforma convertida en un verdadero colador. 

“De nuevo había estado entre la vida y la muerte, Dios me amparó para seguir en éste mundo”, recuerda José Hernando Pirota, quien éste jueves a las 20 relatará sus vivencias en la Feria Digital Internacional del Libro que se está desarrollando en Resistencia.-

FUENTE: Vidal Mario -Periodista & Escritor Chaqueño

lunes, 13 de julio de 2020

LA TRÁGICA HISTORIA DE OTRA PESTE, EN 1924

En marzo del año 1924 (cuatro meses antes de producirse la también trágica historia de Napalpí), un diario de la época pintó una escena que en los días que corren lamentablemente se está repitiendo no solamente aquí sino en el mundo entero:

“Es muy duro y muy cruel que seres que se han visto dos días antes llenos de salud y de alegría perezcan repentinamente, azotados por las malditas epidemias. 

La bubónica pulmonar ha hecho su aparición en Vicentini, devastando traicioneramente un hogar donde hasta hace muy pocos días reinaba la felicidad. Es éste el de los Cimbaro Canella, antiguos y apreciados vecinos que cooperaron entusiastamente en los trabajos del progreso del Territorio Nacional del Chaco”.

Se refería a lo ocurrido con dos familias que compartían una inmensa casa de Puerto Vicentini, la cual a raíz de una peste de pronto se convirtió en una verdadera Casa del Horror.

Hace diecisiete años (2003), recibí un testimonio directo de aquel escalofriante drama. Me lo suministró uno de sus protagonistas, Feno Fermín Címbaro Canella. 

Al momento de recibirme en su casa de Vicentini, una antigua construcción que ahora debe tener casi 140 años, don Feno ya andaba por los 82 años de edad.

Él me contó ésta historia que de no haber sido tan dolorosamente real parecería haber sido extraída de una novela de suspenso.

También fueron días de angustia para las localidades vecinas Puerto Tirol y Fontana. Ésta fue la historia que me contó aquel nieto directo de abuelos gringos:

El detonante: una rata

“Esta casa fue el escenario del drama. En éste lugar donde nací y donde vivo, mi familia fue martirizada con diez días de terror. En sus habitaciones, mis familiares y otras personas que estaban de visita quedaron atrapadas. 

Había un cerco de policías, del cual solamente un peón de apellido Duarte pudo escapar a los tiros. Mi gente iba muriendo una por una, y se prendió fuego a todo lo que había en la casa.

El doctor Julio C. Perrando, inocentemente, sin saberlo, trajo la muerte a esta casa.

Todo comenzó cuando mi hermano Clorindo fue a hacer un trabajo en el almacén que mi tío Antonio Címbaro Canella tenía en la localidad de Puerto Tirol.

Sacó una rata muerta de un depósito y a las pocas horas ya estaba enfermo. Mi mamá fue a cuidarlo y lo llamaron al doctor Julio C. Perrando. En aquel tiempo había que hacer mucho sacrificio para desplazarse de Resistencia a Puerto Tirol y viceversa. Por ese motivo, el doctor Perrando sugirió que al enfermo lo trajeran con nosotros. 

Le quedaba más cerca. Entonces mi hermano vino a casa y, con él, la peste.

Clorindo tenía sólo 16 años, y murió en ésta casa a los dos o tres días de enfermarse. Al día siguiente del entierro se enfermaron papá y mamá. Después mi hermana Aurora, de 19 años. Otra vez vino el doctor Perrando, en plena madrugada, a revisarlos. 

Mis padres y mi hermana escupían sangre. Les estaba pasando lo mismo que a mi hermano Clorindo. Esa misma mañana pidió una junta médica y se confirmó lo que temía: estábamos siendo atacados por la peste bubónica.

Se expande la peste

En ésta casa vivían dos familias y éramos ocho chicos en total. “Que todos los niños suban a esos dos sulquies y disparen con lo puesto”, ordenó el doctor Perrando. Mi hermano Aldo estaba trabajando en la chacra y de allí salió tras nuestro, a todo galope, a caballo. 

Fuimos a Puerto Tirol. Mi hermano mayor, Humberto, quedó encerrado dentro del cordón sanitario dispuesto por la junta médica.

La cuestión es que mi gente iba muriendo uno tras otro. Mi hermano Clorindo murió el 19 de marzo de 1924. El siguiente día 25 a las 10:20 falleció Aurora. A las 11 le tocó el turno a mi papá, de 45 años. A las seis de la tarde también se fue mi mamá, de 39 años. Al día siguiente cayeron enfermas mis tías Olivia y Ernesta, hermanas de mi madre. 

Un día después el mal atacó a Francisco Bergagno y a José Dellamea. Los cuatro murieron entre el 31 de marzo y el 1 de abril.

Los sanos fueron confinados a un rancho de barro que estaba al fondo. Allí fueron a parar mi abuela, Catalina Blazutto, un peón de apellido Duarte y mi tío José Címbaro Canella. Allí mi tío José también se enfermó y murió. 

A los dos sobrevivientes (mi abuela y el peón Duarte) fueron trasladados a otro ranchito, de donde Duarte se escapó tiroteándose con los policías.

Todo lo que había en la casa, incluido un enorme almacén, fue quemado y enterrado. La aclaración de que sólo había que destruir lo utilizado por los fallecidos llegó demasiado tarde. 

Recuerdos, muebles, objetos de valor y hasta joyas fueron consumidos por el fuego. Grandes arcones llenos de cosas de las dos familias que vivían en esta amplia casa fueron destruidos por el fuego y enterrados. 

En esos días era directora de la Escuela 6 una francesa. Había ido a Francia de vacaciones y dejó sus pertenencias en ésta casa. También fueron a parar a la hoguera. La gente que hoy pasa por aquí ni se imagina que ésta casa donde ahora vivimos solos mi esposa Ernesta y yo, en esos días fue una casa del horror.

Una historia de amor

En medio de la tragedia, hubo una hermosa historia de amor. Resultó que Mi hermana Aurora estaba de novia con un joven llamado Luís Piccilli. Había fijado, para su casamiento, el mes de julio. Justo cuando él estaba aquí en una de sus visitas de novio se desencadenó el drama. Se cerró el cerco sanitario en torno de ésta casa y también quedó atrapado. Nada le impedía, si quería, escaparse aprovechando las sombras de la noche. 

Pero su novia también estaba enferma y decidió quedarse a compartir su suerte. Se quedó con ella hasta su muerte. Así que casamiento nunca pudo ser. Años después Piccilli tuvo otro amor, otra esposa. Es el padre de Hernán Piccilli, quien fue intendente de Resistencia.

Todos los que murieron fueron enterrados en un potrero, acá cerca. En 1949, cuando ya habían pasado 25 años, los Bergagno y los Dellamea desenterraron a los suyos y los llevaron al cementerio de Puerto Tirol. 

En el año 1970 asistí a la excavación para desenterrar el cuerpo de mi tío José. Estaba boca abajo. Evidentemente no lo quisieron tocar. Quedó así, tal como cayó en la fosa, durante 46 años”.-

FUENTE: Vidal Mario * (Periodista-Historiador)

lunes, 6 de julio de 2020

PICCONE, PERÓN Y LA COMUNICACIÓN

Días atrás, el diario Norte de Resistencia reprodujo un artículo titulado “Perón y la comunicación”, firmada por el conocido periodista militante Néstor Piccone. 

Éste integra el Colectivo por el Derecho a la Comunicación (CODEHCOM).

Piccone avisó en su nota: “El gobierno tiene posibilidades de retomar el legado ideológico que para la comunicación ejercimos soberanamente los argentinos en los gobiernos de Juan Perón”.

Como la sociedad argentina hoy no tiene ni idea de los “legados ideológicos” que dejó Perón en materia de comunicación, libertad de prensa y libre expresión, habría que ejercitar un poco la memoria al respecto.

Uno de esos legados fue la infame figura jurídica de desacato que llenaba las comisarías y prisiones del país de presos por criticar a Perón, al vicepresidente, a Eva Perón, a los ministros, a los gobernadores, a los jueces, a los policías y a los legisladores.

Para tener una idea cabal de la cuarentena comunicacional que padecían los argentinos de entonces bastaría en realidad con recordar la masacre de aborígenes pilagá perpetrada en octubre de 1947 por efectivos de Gendarmería Nacional con apoyo de un avión de la Fuerza Aérea: el país se enteró de esa matanza ocho años después, en 1955.

Algunos memoriosos aún recuerdan que para enterarse de las cosas que aquí pasaba había que escuchar radios del Uruguay.

Tiempos de expropiaciones

En 1946, por decreto 6692, el gobierno expropió 500 toneladas de papel para diarios, material que habían comprado en forma conjunta distintas empresas periodísticas.

¿Para qué quería el gobierno apoderarse de tanto papel? Según dicho decreto, el objetivo era “satisfacer necesidades oficiales de orden educativo, cultural e informativo”.

A través de ese mismo decreto el gobierno se atribuía la facultad de repartir discrecionalmente el papel sobrante entre los diarios grandes y chicos, de acuerdo a un prorrateo a hacerse a través de la Secretaría de Informaciones de la Presidencia.

Quedó tan poco papel que en 1948, por decreto 31.331, se obligó a todos los diarios a salir sólo con 16 páginas.

Ese año 1948, por decreto 30.498, también fue expropiado todo el papel del diario “La Prensa”.

En 1949, por decreto 11.213, el gobierno le expropió al diario “La Nación” 100 toneladas de papel.

También en 1949, por decreto que llevaba el número 5.702, se expropiaron los papeles de muchos diarios del país, y se volvió a limitar a 16 el número de páginas de los periódicos.

Inclusive en 1950, por decreto 3661, el raid expropiador continuaba.

La escasez de papel, sumada a otras medidas coercitivas, hizo desaparecer muchos diarios del interior. Solamente en la Patagonia tuvieron que cerrar sus puertas “El Eco” (de San Julián), “La Unión” y “La Mañana” (de Río Gallegos), “El Pueblo” (de Santa Cruz), “El Sur” (de Puerto Deseado) y “El Social” (de Cipolletti), entre otros.

Masivos allanamientos

El 27 de agosto de 1947, el gobierno peronista clausuró el diario socialista “La Vanguardia”.

El 23 de febrero de 1949 clausuró “El Intransigente” y “Provincias Unidas”, ambos de orientación radical.

El 23 de noviembre de 1949 hubo un masivo allanamiento de diarios: “La Nación”, “La Prensa, “Clarín” y “La Hora”, entre ellos. Dos días después, el 25 de noviembre, también fueron allanadas las agencias de noticias “United Press” y “Associated Press”.

En 1949 empezó a actuar la tristemente célebre Comisión Bicameral Investigadora de Actividades Antiargentinas, presidida por el diputado peronista José Emilio Visca. La misma se dedicó a allanar periódicos de todo el país e intervenir sus contabilidades.

Visca se hizo famoso por clausurar en un solo día más de 100 diarios, en todo el país. Todos bajo acusación de difundir informaciones calificadas de “antiargentinas” y de “no cumplir con las normas legales vigentes”.

El 18 de abril de 1951, por ley 14.021, el gobierno peronista expropió el diario “La Prensa”, cuyo propietario debió exiliarse en México. En el frente y en el interior del edificio los partidarios de Perón colocaron enormes retratos suyos y de Eva Perón.

Ese año 1951 expulsaron al periodista paraguayo Norman Míguel Langer Strasser por revelar en “Newsweek” y “Times” detalles de un caso de negociados con la carne.

El 10 de diciembre de 1954, clausuraron el órgano de difusión de la Iglesia Católica “El Pueblo”. Su director, Luís Luchía Puig, y su administrador, Jorge Dussol, fueron presos.

Mientras tanto, por distintos caminos de presión, casi todas las radios y empresas periodísticas del país (Radio Chaco y “El Territorio” en el Chaco) iban cayendo en manos del gobierno.

Un director preso

Párrafo aparte merece “El Intransigente”, de Salta, al que en 1949 el senador peronista Durand promovió una cuestión de desacato por difundir cierta información.

En aquel tiempo, dijimos, por imperio de la ley de desacato muchos iban a parar a la cárcel (algunos hasta por tres años) por criticar al gobierno o a sus referentes.

Fueron traídos a Buenos Aires el director de aquel diario (David Michel Torino), otros directivos, redactores y algunos obreros, quienes fueron obligados a declarar ante la Comisión de Asuntos Constitucionales del Senado. Michel Torino quedó detenido y su diario expropiado.

Éstos son los legados ideológicos de Perón en materia comunicacional que, según Piccone, el actual gobierno argentino tiene posibilidades firmes de retomar.-

FUENTE: Por Vidal Mario *(Periodista y escritor)

viernes, 3 de julio de 2020

ACOSO A PERIODISTAS: PALABRAS QUE ALGUNOS PARECEN OLVIDAR

En estos días en que corren feos rumores de acoso a periodistas, algunos debieran recordar lo que algunos padres de la Patria han dicho sobre el sagrado derecho a la libertad de expresión:

“Felices los tiempos en que se puede pensar lo que se quiere y decir lo que se piensa”. (Mariano Moreno).

“La libertad de la prensa no es otra cosa que la facultad de escribir y publicar lo que cada ciudadano piensa y puede decir con la lengua. 

Es tan justa dicha facultad como lo es la de pensar y de hablar, y es tan injusto oprimirla como lo sería tener atados los entendimientos, las lenguas, las manos o los pies de todos los ciudadanos”. (Manuel Belgrano).

“De usurpación en usurpación se viene al fin a poseerlo todo. No hay duda de que para disfrutar tranquilamente de estas usurpaciones conviene que no haya libertad de prensa. 

La ignorancia que le es consiguiente siempre es muy a propósito cuando como a un vil rebaño se quiere gobernar al pueblo a discreción”. (Gregorio Funes, sacerdote).

“La libertad de prensa es un derecho natural destinado a formar la opinión pública y a consolidar la unión de los sentimientos del pueblo, debiendo ser celosamente respetada y amparada por las autoridades”. (Bernardino Rivadavia).

“Siendo la libertad de imprenta y la seguridad individual el fundamento de la seguridad pública, los miembros del gobierno, en el acto de su ingreso al mando, jurarán guardarlos y hacerlos guardar religiosamente”. (Triunvirato, 23 de noviembre de 1811).

“Todos los habitantes de la Nación gozan del derecho de publicar sus ideas por la prensa sin censura previa. El Congreso no dictará leyes que restrinjan la libertad de imprenta o establezcan sobre ella la jurisdicción federal”. (Constituyentes del año 1853).

Debería recordarse además éste contundente pronunciamiento de la Asamblea General de las Naciones Unidas, dictado en el año 1948: “Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión. 

Éste derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”.

Corren rumores de que a nivel nacional el Poder que está de turno en la Argentina está olvidando estas premisas. 

Quiera Dios que sólo sean eso: rumores.-

FUENTE: Vidal Mario*(Periodista y escritor)

jueves, 18 de junio de 2020

CUANDO PERÓN EXPROPIÓ LAS FÁBRICAS DEL GRUPO BEMBERG

La estocada expropiadora de Alberto Fernández contra la empresa Vicentín trae a la memoria un hecho similar perpetrado hace setenta y dos años por Juan Domingo Perón. 

En esa oportunidad la víctima fue Manufactura Algodonera Argentina S.A, perteneciente al “Grupo Bemberg”. 

Por decreto 9.997/48 Perón canceló su personería jurídica y después la intervino y embargó. Dos años después a través de la ley número 14.122/50 sobrevino la implacable liquidación de las empresas de los Bemberg, incluida Manufactura Algodonera Argentina. 

Todo el proceso judicial estuvo a cargo del juez civil Ismael Segovia, ejecutor de las órdenes que le mandaban desde el Ministerio de Asuntos Políticos, a cargo de Román A. Subiza. Se puso la empresa a la venta con un sólo interesado, Phila S.A, que ofreció $75.000.000

Después, fuera de término y en lugar no señalado en la licitación, apareció otro oferente. 

Era nada menos que la Dirección Nacional de Industrias del Estado (DINIE). Es decir, el gobierno nacional. Ofrecía solamente $20.000.000

La oferta estatal importaba $55.000.000 menos que la presentada por su contrincante. A pesar de ello, con autoridad de cosa juzgada e irrevisibilidad, el gobierno se quedó con la empresa. 

Después de todo, ¿quién le iba a decir algo a Perón?. Un testimonio desconocido En el año 2014 publiqué en mi libro “Los Secretos de la Historia” un desconocido testimonio relacionado con aquel caso de indigna y mafiosa expropiación. 

Dicho testimonio era del escritor y periodista paraguayo Norman Míguel Langer Strasser, director de la publicación en inglés “Guaraní News”, de Asunción. Falleció en el 2013. En 1951 era periodista de “The Standard”, uno de los periódicos de habla inglesa que se publicaban en Buenos Aires. En 1952 fue expulsado de la Argentina por sus artículos para “Newsweek” y “Times” sobre un caso de estafas con la carne. 

El 8 de febrero de 2010 envié a éste recordado amigo un email con ésta pregunta: “A Juan Duarte, ¿lo mataron o se suicidó?”. Su respuesta fue: “Lo mataron”. Como su testimonio menciona aquella expropiación de las empresas del grupo Bemberg, objeto de éste artículo, es importante y oportuno reproducirlo textualmente: 

“Todo comenzó cuando Duarte le pidió a su cuñado permiso para acompañar a los contables que iban a Suiza para cobrar intereses sobre dinero que Juancito tenía allí. Perón accedió. Terminado el control de los contables se trasladaron a París y en la última noche se fueron al Follies Bergere a ver el show. 

Sentados en una mesa se les acercó un señor que le entregó a Duarte una tarjeta con la premisa “Nuestro Banco les dará más intereses sobre el dinero de Perón”. 

Al tiempo de su regreso, Juancito entregó la referida tarjeta a Perón, con lo que le había dicho el financista. Perón hizo sus propias averiguaciones y, en efecto, al corto tiempo transfirió todo su dinero al nuevo Banco. Hasta allí iba todo bien. En esa época Perón estaba a punto de quitarle la empresa a Bemberg, incluida la cervecera “Quilmes” que tenía en Rosario. 

Bemberg ya había optado por irse a vivir en el Uruguay. Una llamada, un día, a la Casa Rosada. Bemberg, al otro extremo, le dice a Perón: “Si me toca la fábrica me quedo con su dinero en Suiza”. Tarde para Perón. El asunto de la fábrica ya se le había ido de la mano porque ya había sido expropiada por ley. 

A los pocos días fue notificado que ya no tenía dinero en ese Banco suizo. ¡Bemberg era uno de sus directores!. Adiós a la primera fortuna de Perón. Furioso –y quién no lo estaría- mandó llamar a un matón que estaba en Chile: Guillermo Patricio Kelly, cuya trayectoria da para otra historia. 

Poco después se procedió a su desaparición. Ocurrió en una de las suites de los pisos superiores del Alvear Palace Hotel, una madrugada. Kelly lo liquidó (luego Perón le agradeció con muchos favores, incluido un automóvil Mercedes Benz) e hizo que aparentase un suicidio. Eso fue lo que ocurrió”.-

FUENTE: Por: Vidal Mario / Periodista & Escritor Chaqueño

miércoles, 27 de mayo de 2020

PARAGUAY: HACE 138 AÑOS MORÍA FUSILADO VICENTE IGNACIO ITURBE

Hace 138 años caía, fusilado, Vicente Ignacio Iturbe, figura preponderante de los episodios que tuvieron lugar en Asunción los días 14 y 15 de mayo de 1811.

Fue una de las tantas víctimas de ese tremendo déspota paraguayo que fue José Gaspar Rodríguez de Francia.

Mantuvo encerrado más de 15 años a Iturbe, hasta que lo fusiló el 27 de mayo de 1837.

En lugar de hablar de la víctima elijo hablar de su victimario, un dictador insensible por temperamento y misántropo por naturaleza. Implacable en sus odios, abrigaba hacia sus compatriotas el mismo desprecio que tenía para con los extranjeros.

¿Prócer de qué?

Es un misterio cómo es que habiendo sido Francia una alta autoridad del poder colonial en el Paraguay la historiografía de éste país lo siga considerando uno de los próceres de su independencia.

En el Museo-Casa de la Independencia que el turista puede visitar en Asunción hay una lista de diez próceres de la independencia, y su nombre está entre ellos. Incluso pusieron un retrato suyo donde fuera el comedor de la vieja casona.

Los guías explican a los visitantes que Francia y otros conspiradores se reunían secretamente allí.

Nada más alejado de la verdad histórica: los que en ese lugar se reunían secretamente lo hacían para conspirar contra él y contra el gobernador español Velazco.

Francia, quien ya ostentaba el puesto de síndico-procurador del Cabildo, el 4 de agosto de 1809 fue designado también diputado-representante del mismo ante la Junta Suprema Central.

Después la Corona lo nombró alcalde de primer voto, cargo que le permitía no solamente ser juez de primera instancia sino también presidente del Cabildo colonial.

En los oficios religiosos, así lo requería el protocolo por su alta investidura, se sentaba al lado del gobernador.

Era una de las dos máximas figuras del poder español en el Paraguay. ¿Cómo iba a andar por la casa de la familia Martínez Sáenz reuniéndose secretamente con los que conspiraban contra el gobierno del cual él una de las dos máximas figuras?.

Además, quienes propiciaron los episodios del 14 y 15 de mayo de 1811no tenían ningún interés independentista. Sus motivos no eran romper con España. Eran otros.

En el bando dado a conocer dos días después (17 de mayo) seguían reconociendo la autoridad del “desgraciado soberano” Fernando VII, a quien Napoleón tenía preso en París.

La verdad es que Francia no quería que el poder sea de España. Lo quería para él, y aprovechó los sucesos de mayo como punto de partida para lograrlo. Y lo logró al año siguiente.

En un país donde los hombres de saber eran muy raros, él se distinguía por su talento, por su ilustración jurídica y por su fe ciega en sí mismo.

Esas cualidades le permitieron ir maniobrando hasta llegar a lo que quería: el 6 de mayo de 1814 y por gran mayoría de votos, en un congreso fue elegido dictador del Paraguay.

Apenas se vio revestido del poder absoluto se instaló en la casa que había servido de residencia a los gobernantes españoles.

Entonces, sólo, sin consultar nunca a nadie y sin que se le conociese aunque sea un amigo, fundó un despotismo silencioso que con el tiempo iba a completar para el desgraciado Paraguay el embrutecimiento que se había practicado anteriormente con los guaraníes bajo el régimen de las misiones jesuíticas.

Tres años después (mayo de 1817) de nuevo los principales habitantes de los diferentes distritos del país se reunieron en congreso para elegir un nuevo dictador.

Francia, que ya daba y transmitía miedo, no tuvo problemas en que le renovaran sus poderes dictatoriales, ahora ya por el resto de su vida.

El aislamiento paraguayo

Y así estableció en el Paraguay en toda su desnudez el más sombrío despotismo.

No salía a la calle sino a caballo y seguido por sus soldados. Éstos hacían que volviese atrás toda persona que se acercara al lugar por donde él debía pasar. La gente huía cuando se aproximaba la escolta, se cerraban las puertas y las ventanas y el dictador atravesaba las calles de la ciudad convertidas en desierto.

Su gobierno requería para sostenerse del más completo aislamiento. La presencia de extranjeros que enseñasen a los paraguayos lo que pasaba en otros países era un peligro para ese régimen.

Rechazó toda relación diplomática con otras naciones, prohibió todo comercio con los de afuera y negó todo pasaporte a los extranjeros y paraguayos, sin distinción.

Justificaba su curioso despotismo en los desastres que causaban las guerras civiles en los países vecinos.

El Paraguay vivía embrutecido bajo la paz que imponen el terror y la ignorancia y sufría el peso de un despotismo aún más letal y funesto que las guerras civiles y la anarquía.

Éste fue, así era, el hombre que el 27 de mayo de 1837 mandó fusilar a Vicente Ignacio Iturbe.

Iturbe no fue su única víctima. Hubo muchos otros, entre ellos Pedro Juan Caballero, quien prefirió suicidarse antes que enfrentar al pelotón de fusilamiento.

Cuentan que Caballero escribió en la pared de su celda: “Sé que el suicidio va contra las leyes de Dios y de los hombres, pero la sed de sangre del Tirano de mi Patria no ha de aplacarse con la mía”.-

FUENTE:  Por Vidal Mario* / *(Historiador)

jueves, 21 de noviembre de 2019

Columna de Vidal Mario: Pedro Maidana, el olvidado de Napalpí

Con los auspicios de la municipalidad de Juan José Castelli y de la filial local de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE), el próximo viernes presentaré en dicha ciudad mi último libro, “Napalpí (Antes, durante y después)”. 

No me olvidaré, en ese acto, del gran olvidado de Napalpí, Pedro Maidana, cuyas orejas y testículos terminaron en un frasco, tras la masacre del 19 de julio de 1924. 

Sólo se sabe que era mocoví y que trabajando como hachero en Napalpí se puso al frente de las protestas indígenas, agobiados por injustas medidas como el de no poder salir del territorio chaqueño para ir afuera a buscar mejores salarios. 

Sólo se sabe de él que pagó cara su sublevación contra la autoridad del gobernador Fernando Centeno, que lo mataron, que innecesariamente mutilaron su cuerpo, y que la policía exhibió en un frasco partes de su cuerpo retaceado. Pese a su heroica tragedia es, reitero, el gran olvidado de Napalpí porque nadie lo recuerda. 

Ni siquiera alguna calle de Machagai o Quitilipi lleva su nombre. “Todos somos uno” Se sabe, igualmente, que sabía leer y escribir, y que procuró solucionar las cosas a través del diálogo. Buscó parlamentar, y ésta nota que mandó a Centeno comprueba su vocación dialoguista: “Che gobernador. Todos somos uno mismo. 

Usted, yo, los árboles que nos dan sombra, que nos dan frutos y maderas; los pájaros que nos cantan, las nubes del cielo, los vientos y los ríos que nos dan agua. Todos pertenecemos al mismo Quadta’a (Padre) y al mismo comienzo de las cosas. Queremos parlamentar, pero no traigan los winchester. Pedro Maidana, Persona Jefe”. 

El gobernador denominó al encuentro “Conferencia de Napalpí”. El mismo fracasó porque él tenía sus propios intereses: el suyo y el de algunos colonos blancos. 

En el ataque policial, Pedro Maidana fue una de las primeras víctimas de la balacera. Después cayeron sus hijos, que inicialmente habían logrado escapar y ganar los montes. 

Días después fueron sorprendidos por policías a la orden de un oficial de apellido Atis, o Atti. Cuando el piquete llegó a donde estaban, las dos mujeres que estaban con ellos (una de ellas la madre de los muchachos y esposa de Maidana) se ocultaron entre unas ramas de las inmediaciones y desde allí vieron lo que hicieron con ellos. 

Ella declaró que sus hijos puestos de rodillas imploraban a la policía que no los matasen pero que desoyendo sus súplicas estos no perdonaron. Fueron ultimados a balazos. “Sólo esqueletos” Como las denuncias de mutilaciones de cadáveres habían cobrado trascendencia nacional y era inminente la llegada de una comisión parlamentaria investigadora, en enero de 1925 un equipo encabezado por el médico Palamedi los desenterró. 

En junio de ese mismo año, el diario “Heraldo del Norte” comentó en estos términos dicha operación: “Con algunos vecinos como testigos desenterraron algunos cadáveres. La idea era que el diputado oficialista Saccone fuera después al Congreso a gritar que los indios no habían sido mutilados. Desenterrados los cuerpos, no se constató absolutamente nada porque para cuando se realizó esta simulación de autopsia, que era la segunda, ya habían pasado seis meses. 

El objeto de esta parodia de autopsia era establecer si las denuncias de mutilaciones eran ciertas. No se pudo establecer nada porque sólo había esqueletos. 

Que sólo había esqueletos es lo que el médico certificó, no que no hubo mutilados. Constatar mutilaciones ya no podía ser posible porque tratándose de cadáveres enterrados en terreno anegadizo y sin cajón la putrefacción había venido rápidamente, borrando toda huella delatora”. 

La denuncia de “El Territorio” Habían transcurrido ya trece años de todo esto cuando el 6 de enero de 1937 el diario El Territorio denunció que algunos perpetradores de la matanza caminaban tranquilamente por Resistencia: “Ocurrió hace no muchos años. 

Porque pedían a los que los explotaban mejor trato y más pan, se masacró a hombres, mujeres y niños. Policías cobardes portando armas largas, impune y criminalmente balearon las tolderías, despanzurraron a las madres embarazadas, y degollaron a los niños. 

Todavía se pasean por nuestra ciudad algunos de esos asesinos de indios hambrientos e indefensos”. Pero de Pedro Maidana nadie se acuerda. Sigue siendo el gran olvidado de esta triste historia. 

FUENTE: Vidal Mario* *(Autor de tres libros sobre la historia de Napalpí) 

lunes, 22 de julio de 2019

VIDAL MARIO PIDIÓ “NO MANOSEAR LA MEMORIA DE NAPALPI”

Durante la presentación en Carlos Paz de su nuevo libro "Napalpí, antes, durante y después", el escritor, historiador y periodista Vidal Mario pidió "no manosear la memoria de las víctimas de la masacre de Napalpí ocurrida el 19 de julio de 1924 en el Chaco" . 

El autor de tres libros sobre ese penoso episodio que enluta la historia argentina del siglo pasado hizo el pedido en el marco de la presentación de su último trabajo que se llevó a cabo en la sala Font del complejo histórico-turístico, Parque Estancia la Quinta de Villa Carlos Paz. 

El escritor criticó cómo tratan el tema sin rigor. "Salen a cazar supuestos sobrevivientes y le hacen decir lo que dijo Melitona Enrique y luego le dan una casa como resarcimiento para sacarse fotografías, mientras el problema de fondo sigue sin resolverse". 

Tras las palabras del Secretario de Turismo, Sebastián Boldrini y del Coordinador de la Biblioteca del Autor Local, Ariel De Nicola, Vidal Mario contextualizó la masacre de Napalpí y explicó por qué no se estudia lo ocurrido en los colegios ni se levanta una escultura o monumento en homenaje a las centenares de víctimas que hubo. 

La disertación del autor generó un debate interesante con docentes de Reconquista y Resistencia que estaban presentes en el auditorium y una representante de la comunidad originaria de la zona. El intercambio de opiniones rondó sobre la vigencia de Napalpí y las contradicciones que provoca a nivel gubernamental y en la sociedad. 

Ariel De Nicola cerró el debate con la opinión de Luis Landriscina sobre el trabajo de Vidal Mario. "Lo veo a este libro como un himno al martirio de aquellos hermanos indios. Lo veo también como un canto de esperanza para el porvenir de sus descendientes”. 

“Este testimonio literario es un mensaje cuyo destinatario no es sólo el presente sino también el futuro. Este libro es un mensaje que dice: "no se olviden de Napalpí". 

Por último, Vidal Mario firmó libros y entregó un ejemplar para la Biblioteca del Complejo Histórico Cultural.-

sábado, 1 de junio de 2019

INDIA: RADIOGRAFÍA DE UN PAÍS DE DOS CARAS

India es el segundo país más poblado del mundo. Territorialmente es tan extenso que más que un país parece un subcontinente.

Sobre su suelo caminan casi 1.400 millones de habitantes divididos en castas que se comunican en 1.600 dialectos y 19 idiomas oficiales, entre ellos el indi y el inglés.

No conocen la existencia de los santos. Sin embargo, adoran a miles de dioses. Los principales son Brahma y su esposa Sarasveti, Vishnú, Shiva y la esposa de éste, Parvatti.

El cristianismo es minoría absoluta. Sólo hay 28 millones de cristianos divididos en católicos y protestantes, pero hay más iglesias cristianas que en toda Italia.

Tras pasar por Abu Dhabi, capital de Arabia Saudita, el viajero llega a la capital india, la cual está dividida en Vieja Delhi y Nueva Delhi, respectivamente.

Como todas las otras grandes ciudades indias, Delhi es la personificación del caos. Hay calles donde sólo se puede transitar en moto o caminando y donde las vacas sagradas y los monos caminan con la gente como si fueran apreciables ciudadanos.

Los orígenes de esta antiquísima ciudad se pierden en la leyenda. Fue asiento de numerosas dinastías hindúes y musulmanas. Incluso los mogoles, que gobernaron la India durante mucho tiempo, la tuvieron como capital de su imperio.

Las herencias de cada una de estas dinastías se ven por todas partes en la forma de templos, mezquitas, fortalezas y palacios de total y absoluta belleza.

Una de esas herencias es el Gurdwara Bengla Jahib, el principal templo de la religión sikh, en Delhi. Hecho totalmente de mármol, su estructura es visible desde lejos por su cúpula dorada.

Tiene un enorme pozo, y los sikh de todo el mundo vienen allí a buscar agua por considerar que tiene propiedad curativa, según una tradición que data de 1644.

Éste templo que antaño era un palacio y que ahora es un centro de peregrinación no solamente para los sikh de todo el mundo sino también para los hindúes, es una síntesis perfecta del brutal contraste que es éste inmenso país.

Más de veinte mil indigentes van a comer gratis diariamente allí, pero por dentro todo el templo está cubierto de oro.

Pobre millonario

La India es como una gigantesca moneda de dos caras perfectamente visibles. Una de las caras es decididamente hermosa; la otra, definitivamente horrible.

Lidera con Nigeria la lista de países con mayor cantidad de gente en situación de extrema pobreza del mundo.

Más de 236 millones de indios viven con menos de 40 centavos de dólar al día.

Por ello, a un viajero no le extraña que lo hagan sentir como rehén en los hoteles donde se aloje.

No puede salir hasta que vengan a buscarlo. Si sale, afuera será abordado por una nube de desesperados mendigos que también desesperadamente le pedirán una moneda.

Los pobres más pobres entre esos pobres pertenecen a la casta de los “intocables”.

Viven en la inmundicia y tan expuestos a abusos que se dictó una Ley de Atrocidades Contra Castas y Tribus para protegerlos de las castas superiores y de la clase política.

El sistema de castas tiene raíces tan profundas que aunque la nueva Constitución lo prohíbe sigue vivo y coleando (como los matrimonios arreglados) por toda India. El hindú nace, crece y muere perteneciendo a una casta.

Podría definirse a la India como uno de los países más ricos del mundo. De hecho, tiene el potencial necesario para convertirse en un influyente poder mundial.

Éste gran país acredita indudables logros económicos, tiene bomba nuclear, participa de la carrera espacial a Marte y ocupa el tercer lugar de billonarios del mundo. Allí viven tres de los hombres más ricos del planeta, frente a cuyas riquezas la riqueza del maharajá que construyó el Taj Mahal no era nada.

Es un país millonario. Pero su sociedad es pobre, sucia, aberrante, desastrosa, superpoblada, violenta, atrasada ignorante y analfabeta. Todo eso juntos y de una sola vez.

La paz de los pobres

El infierno en la tierra sí existe, y es la pobreza extrema de países como la India.

El que reniega de su país –el país que sea- debería dar gracias a Dios por no haber nacido en la India.

Que no cambiará mientras primero no cambie su gente, bloqueada por sus tradiciones, costumbres y religiones manejadas a conveniencia de unos pocos.

En un país sin planes sociales, donde el rico no ayuda a su prójimo por considerarlo inferior y donde el 60 por ciento de las personas defecan al aire libre porque no tienen baño donde hacerlo hay algo que llama la atención: la paz de los pobres.

El indio pobre irradia una sorprendente paz interior. No despotrica contra el rico ni le echa la culpa de su pobreza al gobierno. Se reconoce como culpable a sí mismo.

La creencia en la reencarnación y el karma forman parte intrínseca e inseparable de su cultura.

Todos están firmemente convencidos de que su pobreza no es otra cosa que la consecuencia directa de malas acciones que han cometido en su vida pasada.

Consecuentemente, para ellos portarse bien en ésta vida y no causar daño a nadie es una inversión a futuro que les permitirá una mejor vida en la próxima vida.

No es de extrañar, por ello, que el índice de criminalidad en éste país sea tan bajo.

Todo lo relatado, y mucho más, es la India.-

FUENTE:  (Vidal Mario / PERIODISTA - HISTORIADOR)

sábado, 24 de marzo de 2018

MARZO DE 1976: EL GOLPE COMENZÓ EN MAYO DE 1973

Cuando aún era cardenal primado de la Argentina, el actual papa Francisco formuló la siguiente reflexión sobre el recordado golpe de estado de marzo de 1976: 

Casi todo el mundo comenzó a golpear las puertas de los cuarteles. El golpe de 1976 fue aprobado por casi todos, incluso la inmensa mayoría de los partidos políticos. 

En esto hay que ser realistas: nadie debe lavarse las manos. 
Estoy esperando que los partidos políticos y otras corporaciones pidan perdón, como lo hizo la Iglesia. 

En consonancia con esa declaración de Bergoglio, el que más debería pedir perdón es el peronismo. 

Porque para su declamado ideal de liberación nacional y popular perpetró actos de extrema violencia que llevaron a mucha gente a pensar en los militares. 

Porque el golpe de marzo de 1976 comenzó en mayo de 1973. En realidad, unos cuatro años antes. 

El saldo del Luche y Vuelve 

Desde 1969 a 1973, las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), Fuerzas Armadas de Liberación (FAL), Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) y Montoneros perpetraron 59 toma de comisarías, universidades y pueblos enteros; 24 disturbios con incendio de automóviles y comercios; 554 asesinatos (sin contar la masacre de Ezeiza), 19 secuestros que les reportaron millones de dólares, 26 operativos de robos de armamentos y 42 atentados con explosivos. 

¿Para qué todo eso?. Para traer de vuelta a un hombre al país, después de 18 años. 

Un hombre que para cuando volvió ya era un acabado y agotado anciano de 80 años, con dos infartos y un enfisema pulmonar que pronto lo llevarían a la tumba.

Como paso previo a su tercera presidencia hubo un presidente transitorio, Cámpora. Asumió el 25 de mayo de 1973. 

Ese mismo día ?El Tío? indultó a centenares de guerrilleros, algunos de alta peligrosidad. 

Cantando ?¡Aquí están, estos son, los muchachos de Perón!?, miles de militantes peronistas y de izquierda se concentraron en Plaza de Mayo y desde allí marcharon al penal de Villa Devoto para recibir a los 180 presos allí encerrados. 

Los terroristas liberados volvieron a sus respectivas organizaciones para seguir cometiendo actos criminales en procura de tomar el poder, ahora en manos de un gobierno constitucional. 

El 20 de junio siguiente Perón regresó al país. Lo que debía ser una fiesta fue una masacre. Lo recibieron francotiradores, fusiles de asalto, armas cortas y bombas molotov. 

Ni en los siete años de dictadura de Onganía, Levington y Lanusse se había visto algo semejante.

Muchos no podían creer que en pleno gobierno constitucional en Ezeiza un acto de recibimiento de un líder provocara una cantidad nunca blanqueada de muertos, y que todos los muertos fuesen peronistas que se mataron entre ellos. 


Perón Presidente

El 23 de septiembre de 1973 hubo elecciones. Uno de los candidatos era Perón. 
Éste era un candidato que se había declarado padre de la guerrilla y había hecho de la guerrilla una parte especial de su partido.

Era un anciano al que sólo le interesaba que le devolvieran el grado del que lo despojaron en 1955, volver a calzarse el uniforme y morir vestido de militar. 

Como otro símbolo de la crisis moral en que estaba sumida la sociedad argentina, ése fue el candidato que ganó las elecciones, con el 62 por ciento de los votos.

Apenas un día después de iniciada su tercera presidencia las organizaciones armadas reanudaron su violenta ola de ataques, secuestros, asesinatos y atentados.

Comenzaron por acribillar a balazos a Rucci. Después siguieron con otros dirigentes políticos, sindicales, religiosos y miembros de las fuerzas armadas y de seguridad. 

Perón duró sólo siete lamentables meses en el poder. Murió el 1 de julio de 1974. 

Isabel no entendía nada 

Le sucedió en el cargo su mujer María Estela Martínez de Perón. Era ?una pobre mujer que no entendía nada? según ella misma le confesó años después al juez español Baltazar Garzón en el marco de una causa por la Triple A. 

Con ?Isabelita? se abrió la caja de Pandora de un enfrentamiento a muerte dentro del peronismo. Para entonces la Argentina ya era un aguantadero de doce grupos terroristas, a los que se sumó la estatal Triple A, responsable de casi mil asesinatos. 

En diciembre de 1974, la escritora Martha Mercader mandó una carta a la Presidenta. Luego de referirse a los casi trescientos asesinatos políticos, le preguntó: ?¿Con cuántos muertos celebraremos nuestra cristiana Navidad??. 

El 23 de marzo de 1975, el Buenos Aires Herald registró un asesinato político cada dos horas, en los dos días previos a esa fecha.

Ocurrieron hechos terribles, tanto que el 7 de octubre de 1975 La Opinión aseguró que el país estaba en guerra. 

En tal sentido, señaló: ?Si algo faltaba para corroborarlo, el ataque de Formosa lo ha demostrado: el país está en guerra; a lo largo y ancho de su territorio, está en guerra?. 

A todo ello se sumó el descontrol económico y el malestar social provocado por el costo de vida que en 1975 ascendió al 334,8 por ciento y un repudiado plan de emergencia económica anunciado al país por el ministro de Economía de la Nación. 

Sólo dos caminos

En diciembre de 1975, el jefe del Ejército, Videla, pasó la Navidad en Tucumán con las tropas que estaban en plena lucha contra los montoneros y el ERP. 

Allí declaró que el decreto de Isabel ordenándoles ?el aniquilamiento del accionar de la subversión? no era suficiente, que el gobierno debía cambiar su rumbo. 

De lo contrario, advirtió, las Fuerzas Armadas tomarían el control del gobierno. 

Ante la presencia cotidiana de la violencia y el vacío de poder, dijo que quedaban sólo dos caminos: o se apoderaban del gobierno los guerrilleros o lo hacía el Ejército. 

Lo último fue lo que ocurrió, tres meses después. Lo que sucedió a partir de allí ya es otra historia. 

Algunos pretenden que ?la memoria? sea solamente de marzo de 1976 para adelante. 

No quieren que la memoria colectiva se corra para atrás porque entonces saldría a la luz con gran claridad que la responsabilidad del peronismo por el golpe de estado del 24 de marzo de 1976 es históricamente irrevocable.-

FUENTE: Por Mario Vidal

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