Mientras gran parte del pueblo argentino mantiene su preocupación por las consecuencias que va a dejarnos esta cuarentena interminable.
El #kirchnerismo vuelve a mostrar su peor cara y materializa su venganza sobre el único sector que jamás pudo doblegar.
Una empresa con problemas financieros, que tiene deudas y que está en concurso, la intervención la tiene que hacer un juez y siempre que corresponda. No puede el #Gobierno de turno echar mano a un DNU con el pretexto de garantizar soberanía alimentaria que jamás estuvo en riesgo.
El decreto de intervención dice que la función del interventor de la empresa #Vicentin, es sostener los puestos de trabajo, normalizar los pagos que se encuentran interrumpidos y mantener el patrimonio de la empresa.
Ahora me pregunto, para poder hacer eso necesita contar con recursos del Tesoro Nacional, lo que me genera el interrogante sobre la forma que el #Estado va a recuperar esa plata. Esto podría ser lo que fundamente la expropiación.
Siguiendo este mismo razonamiento, ¿se va a intervenir todas las empresas que entren en crisis producto de la #cuarentena?
#Vicentin no es solo cereales, es también biodiesel y ganadería e involucra a distintas actividades vinculadas con el campo.
Si es el campo el que nos va a salvar -una vez más- se necesitan otro tipo de medidas y no éstas que generan una enorme desazón y decepción a la gran familia agropecuaria, lo que se podría interpretar inclusive como un revanchismo.
El camino que debemos seguir es totalmente contrario si queremos generar divisas para el país; ya que el campo fue y será el motor de la economía argentina y es el que está en condiciones de salvarnos de nuevo.
Días pasados, el presidente recibió a los empresarios diciéndoles todo lo contrario a efectos de generar reglas claras para que en la #pospandemia se generen certidumbre y previsibilidad.
Para quienes venimos del campo, hijo de productores y en la actividad agropecuaria, esto nos genera un enorme desaliento e incertidumbre.
Como producto de esta tierra #chaqueña, forjada con el esfuerzo y sudor de tantos gringos y criollos que hicieron de la actividad agropecuaria un orgullo y una verdadera cultura del trabajo, no puedo menos que repudiar esta medida.-
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