SANITARIOS TARAGUI

jueves, 11 de noviembre de 2021

CARTA PÚBLICA AL GOBERNADOR JORGE CAPITANICH

Sr. Gobernador del Chaco:

Usted, recientemente, se comparó con Jesús de Nazaret, el Pastor de las ovejas. 

Más aún, se igualó al Galileo y, de algún modo, se tomó la licencia de reinterpretar el mensaje evangélico al decir que la parábola de la oveja perdida del texto religioso son los ‘opositores a su gobierno’. 

Debo decirle, primeramente, que si usted fuera un gobernante musulmán y si se hubiera comparado con el Profeta Mahoma, ya lo habrían decapitado. Usted tiene la suerte, y nosotros la mala suerte, de que aquí todo se naturaliza como normal.

Pero si de parafrasear se trata, y sin menoscabar el texto sagrado para millones de cristianos, le quiero decir que, políticamente hablando, la oveja perdida de la política chaqueña no es la ‘oposición’ sino la ‘corrupción’.

En la parábola a la cual se refirió, el pastor va a buscar a la oveja que está “fuera del redil”. Por eso, Sr. Gobernador, si usted quiere ser el ‘Jesús chaqueño’, debe ir a buscar, no a la oposición, sino a los miles y miles de chaqueños que están ‘fuera del redil de la política de su gobierno’, es decir, a los miles de chaqueños que están ‘excluidos’ de las políticas que usted encabeza en sus tres mandatos que lleva como gobernador, sin contar a los otros gobiernos peronistas de esta provincia que, junto con Formosa, son las más pobres de Argentina. Recuerde que el Gran Resistencia es la Capital de la Pobreza Nacional. ¡Cuántas ovejas tiene ahí cerca suyo Sr. Gobernador! ¡Búsquelas!

Nuestra querida provincia se convirtió en un almácigo de pobreza, en una fábrica de corrupción, en un basural con olor nauseabundo, en un sementero de indigencia y en una funeraria de sueños incumplidos. Y el principal responsable de este cataclismo humano es usted Sr. Capitanich.

Pero como usted se comparó y se igualó con el Pobre de Nazaret, debo recordarle otra frase del Maestro: “El buen pastor da la vida por las ovejas”. 

El Pastor de Nazaret nació en una cuna de paja y murió en una cruz de madera. Pero usted, señor, está en las ‘antípodas’ mismas del Hijo de Dios. El programa del Joven galileo era de ‘inclusión’; en cambio, su gobierno es de ‘exclusión’. El Nazareno contribuía a la Vida, usted contribuye a la Muerte.

Finalmente, quiero expresarle con más detalle quién es la oveja perdida del Chaco, esa que está ‘fuera del rebaño’. 

Esa ‘ovejita perdida’ son aquellos miles de chaqueños que están sumergidos desde hace décadas en la pobreza estructural, los miles de indigentes, analfabetos, desnutridos, sin luz eléctrica ni agua potable en pleno siglo XXI; son los miles de campesinos que ya no siembran ni cosechan el ‘oro blanco’ que en otras décadas hacían pujante a nuestra provincia; son aquellos que suman más del 50% de los jóvenes que no terminan el colegio secundario.

Los que se refugian en las drogas para no suicidarse, los que se van a otras provincias del propio país buscando vivir mejor porque en su provincia natal sobreviven a duras penas, son esos miles de chaqueños mantenidos por su gobierno a través de diferentes planes sociales sin promoción del trabajo y que les roba salvajemente la dignidad; son los docentes de su provincia que con su miserable sueldo no cubren siquiera la canasta básica.

Son los enfermos que se mueren en el dolor y en el olvido porque no tienen para cubrir los gastos de sus medicamentos; son los comerciantes que trabajan de sol a sol y no ven el progreso de sus esfuerzos sino el esfumamiento de su esperanza, son los miles de aborígenes de toda la provincia que están marginados y olvidados; son los miles de chaqueños que viven en el Impenetrable como si vivieran antes de la Edad Media, que si llueve, la ambulancia se queda empantanada en el barro.

En fin, Sr. Gobernador, son el rostro de miles de chaqueñitos que nacen en la pobreza extrema y están ya, de algún modo, condenados a vivir y a morir en la pobreza. Pero son también aquellos que entraron en el féretro y fueron al cementerio antes de tiempo. Y usted no hizo nada para evitarlo o hizo muy poco.

Finalmente decirle, señor, que si le cabe el traje de pastor de ovejas, le podemos conceder ese título, según aquellas palabras del mismo Jesús para aquellos que se apropian del privilegio de ser pastores, pero sin serlo: “Yo soy el buen Pastor. 

El buen Pastor da la vida por las ovejas. El asalariado, en cambio, que no es el pastor y al que no pertenecen las ovejas, cuando ve venir al lobo las abandona y huye, y el lobo las arrebata y las dispersa. Como es asalariado no se preocupa por las ovejas” (Jn 10,11-13). O sino pídale a los docentes chaqueños que le expliquen este párrafo del Evangelio.

Atentamente,

Gustavo Yatuzis

Avia Terai, Chaco, 11 de noviembre de 2021.

(El autor es Profesor en Filosofía – Licenciado en Ciencias de la Familia – Experto Universitario en Consultoría Psicológica – Periodista – Escritor).

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