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lunes, 31 de agosto de 2020

El default que en el 2014 Cristina no pudo evitar

Argentina, gracias a la exitosa gestión del titular de la cartera económica Martín Guzmán, recibió el apoyo de los tenedores de bonos para la reestructuración del 99% de su deuda internacional. 

Ahora queda libre el camino para que la nación salga del noveno default de su historia. 

En el anuncio realizado ayer estuvieron dos personajes que en una negociación anterior fracasaron rotundamente: Cristina y Kicilloff. 

Vale la pena hacer un poco de historia al respecto, recordando que en octubre del 2012 el país sufrió un duro golpe: el embargo de 28 bienes en el exterior por el rechazo de los bonistas a un plan de pago propuesto por el anterior presidente, Néstor Kirchner. 

Entre los bienes embargados al Estado argentino figuraban la Fragata Libertad, el avión presidencial Tango O1, la casa donde vivió el general San Martín en Boulogne Sur Mer (Francia), las residencias de los embajadores argentinos en Estados Unidos, las cuentas bancarias del Banco Nación y del Banco Central en Nueva York, un satélite, y hasta inmuebles de las Fuerzas Armadas en el exterior. Transcurridos otros dos años, y tampoco hubo arreglo. 

Así que el 30 de julio de 2014 Argentina entró en default “selectivo”. “Default es cuando alguien no paga, y Argentina pagó”, protestó Cristina Fernández. 

“Decir que estamos en default es una patraña absoluta”, afirmó su jefe de Gabinete, Jorge Capitanich. Sin embargo, estábamos en default. Y ello pese a que el 26 de junio de ese año Argentina había girado 539 millones de dólares para abonar a una parte de los bonistas.  

Ese pago no llegó a manos de sus destinatarios por una disposición del juez Thomas Griesa de que si no se pagaba a los fondos buitres tampoco se le pagaba al resto de los acreedores. “O se les paga a todos o a nadie”, había resuelto el magistrado neoyorquino. 

Todo aquel dinero que Cristina dijo que se había pagado en realidad quedaron congelados en una cuenta que el Bank of New York Mallon tenía en el Banco Central. 

Esa declaración de default puso al país en una delicadísima situación debido a que daba libertad a todos los acreedores para reclamar el inmediato pago de todo el capital. Quedaron al alcance de los fondos especulativos para ser llevados unos 29.000 millones de dólares, casi el total de reservas de divisas de Argentina. 

 Argentina necesitaba salir pronto de esa situación. Ya no podía tomar dinero del exterior y, para financiarse, le quedaban solamente dos caminos: devaluar el ya demacrado peso o emitir sin respaldo nuevos billetes, con los daños colaterales que ello implicaba. 

“Nada de confianza” Fue en ese marco que en septiembre del 2014 la encuestadora Management & Fit hizo una encuesta bajo ésta consigna: “¿Le genera confianza la manera en que CFK conduce el gobierno?”. 

Dicha encuesta cayó en medio de un año en que cada día la población se enteraba de algún nuevo caso de corrupción, el país estaba en cesación de pagos y muchos inversores internacionales decían que el Banco Central estaba “casi en bancarrota”. 

El resultado de la encuesta arriba señalada fue el siguiente: “No sabe/no contesta (1,1 por ciento), Mucha confianza (19 por ciento), Algo de Confianza (18 por ciento), Poca Confianza (22,4 por ciento) y Nada de Confianza (39,5 por ciento)”. 

Los porcentajes de nada de confianza y poca confianza eran previsibles: en enero la moneda se había devaluado (Cristina había jurado que no iba a devaluar), en los primeros ocho meses del 2014 el Central había perdido reservas por 2.700 millones de dólares, y la inflación, emisión de billetes y recesión se habían acelerado. 

Desde el 31 de octubre de 2011, cuando el ministro Kicillof y el secretario Guillermo Moreno impusieron el cepo cambiario, la caída de reservas había superado los 20.000 millones de dólares. Dicha caída equivalía a casi la mitad de lo que tres años antes había tenido el ex presidente del Banco Central, Martín Redrado. “¡Perdiste con dignidad!”.

En octubre de 2014, José Antonio Díaz, un especialista en temas económicos que murió hace tres años, recordó un tenso encuentro que el lunes 29 de septiembre habían sostenido el titular del Banco Central y el ministro de Economía. Relató que en esa oportunidad el presidente del Banco Central, Juan Carlos Fábrega preguntó al ministro de Economía: 

“Axel: ¿le has explicado a la Presidenta lo que significa tener que emitir 120.000 millones de pesos más antes de fin de año?. ¿Ella sabe que ya tenemos cerradas las puertas a los dólares que puedan venir del exterior, y que las automotrices ya no tienen divisas para importar?”. 

Testigo de ésta conversación, dijo, fue el Secretario Legal y Técnico de la Presidencia de la Nación, Carlos Zannini, quien sería en las elecciones presidenciales del 2015 candidato a vicepresidente como compañero de fórmula de Daniel Scioli.  

De esa reunión también participó el entonces jefe de Gabinete, Jorge Capitanich. En aquel señalado encuentro, Fábrega advirtió a sus tres interlocutores: “Si el Banco tiene que seguir bancando el déficit, mejor que nos preparemos para una mayor inflación”. 

Fábrega (que era “antiKicillof”) sostenía que el Banco Central no debe ser ventanilla de un gobierno en rojo y que emitir descontroladamente billetes para prestarle recursos al Gobierno era inflacionario. Pensar y obrar así le costó el cargo. 

Se sintió tocado en un encendido discurso que la Presidenta pronunció el 30 de septiembre de 2014 y al día siguiente, 1 de octubre, presentó su renuncia al cargo. Dijeron algunos que al día siguiente Cristina lo llamó y le dijo: “¡Perdiste con dignidad, pero te sacaste un tremendo peso de encima!”.

Fábrega, en realidad, se alejó porque no tenía interés en dejarse llevar por la prepotencia juvenil y militante del ministro de Economía, hoy gobernador de Buenos Aires. 

“Soy un profesional de las finanzas públicas, y no voy a usar a ésta altura de mi vida un cargo para hacer política o quedar bien”, declaró. En los primeros días de octubre su sucesor, Alejandro Vanoli, le facilitó al Gobierno 11.633 millones de pesos. 

Un derechista en el poder Para fines de 2014, Cristina ya parecía ser una Presidenta que había perdido noción de la realidad. 

Se la escuchaba decir cosas sorprendentes como que Barack Obama la quería matar, que el papa Francisco tenía puesta la camiseta de la Cámpora. o que la organización guerrillera islamita Isis era “un invento cinematográfico de Holliwood”. 

Creía ver una conspiración general contra su gobierno y se consideraba como la única en el mundo que se había animado a plantarse ante los acreedores conocidos como buitres, quienes desde hacía catorce años reclamaban judicialmente cobrar. 

En las elecciones de noviembre del 2015, el peronismo fue vencido por un derechista que ni partido tenía. ¿Por qué pasó lo del ascenso de Macri al poder?. ¿Fue debido a que el pueblo es tonto, o a que el kirchnerismo no hizo bien los deberes?.-

FUENTE: Vidal Mario - Escritor & Periodista Chaqueño

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