"Teníamos la soga al cuello, una espada de Damocles y ahora tenemos un camino que podemos recorrer".
Las palabras del presidente Alberto Fernández abrieron el camino para otro concepto justificador del titular del Banco Central, Miguel Ángel Pesce: "Teníamos dos precipicios insalvables por delante", uno en marzo que era el pago de US$3.000 millones y otro a fin de año por US$15.000 millones.
Dos argumentos muy contundentes y que explican con claridad la carrera final por un acuerdo y el pago de US$731 millones que hasta horas antes de este viernes estaba en duda.
El ministro Martín Guzmán aseguró que no habrá un salto cambiario y que el sendero de reducción del déficit fiscal primario de 2,5% del PBI en 2022 iría hasta 0,9% en 2024, junto con una caída fuerte de la emisión para financiar al Tesoro, que de 3,7% del PBI del año pasado deberá bajar a un punto este año y a cero en 2024.
Desde ya que tanto el presidente Fernández como el ministro repitieron que no se trata de un ajuste, sino de un programa "stand by" por US$44.500 millones que por dos años y medio busca descomprimir los compromisos externos con el fin de aumentar en US$5.000 millones las reservas del Banco Central.
La primera respuesta de los mercados fue positiva: subieron hasta 8% los bonos en dólares, también las acciones y el dólar blue bajó casi $10 para ubicarse en $213.
Y fue muy relevante el apoyo de las entidades empresarias que, después de días escuchando a kirchneristas duros en su campaña en favor de ir al default, sintieron cierto desahogo a partir de la decisión de Fernández de no caer en cesación de pagos.
Restando datos sobre la letra chica y el apoyo, o no, que el entendimiento del Gobierno con el FMI tendrá en el Congreso, los economistas ponen foco sobre tres temas relevantes.
Uno de ellos, que tomó luz pública a muy poco de andar, es la diferencia sobre el monto de los subsidios para los servicios de luz, gas, agua y transporte.
Martín Guzmán dijo que se mantenía el anuncio de que las tarifas de luz y gas aumentarían entre 17% y 20% este año —implicaría una muy moderada reducción de subsidios—, pero el Fondo fue más explícito y en su comunicado del viernes consignó: "Acordamos que una estrategia para reducir los subsidios a la energía de manera progresiva será fundamental para mejorar la composición del gasto".
Otra "ancla" sensible que tiene el acuerdo, además del sendero de reducción del déficit y de la menor emisión (una verdadera llave del ajuste que se pronunciaría si es que se cumple), será la vigencia de tasas de interés positivas en términos reales para favorecer que los pesos se queden dentro del sistema financiero.
Que las tasas de interés sean superiores a la inflación será fundamental para "anclar" la decisión del Gobierno de no devaluar de una vez aplicando un salto, sino de continuar con la política de actualización diaria pero más acelerada
Una primera mirada sobre el esquema permite arriesgar que el Banco Central deberá acelerar el ritmo de aumento del dólar oficial del 2,2% mensual que viene aplicando hasta ahora, a un nivel más cercano al del aumento del costo de vida que este mes, se estima, podría volver a ubicarse en torno de 3,8%.
Sería riesgoso pensar en un adelantamiento del tipo de cambio para intentar bajar la brecha entre dólares del orden del 100% actual, al 40-50%, si simultáneamente no se remunera mejor a los tenedores de pesos.
Y menos en un momento en que la fuerte emisión del cierre de 2021 está retornando al mercado y financiando la remarcación de precios que se pronunció en las últimas dos semanas por la suba del dólar blue y la incertidumbre.
Lejos quedaron los días en los que el Gobierno reclamaba un acuerdo a 20 años, o la rebaja sí o sí de las sobretasas del FMI, o la reforma del sistema financiero internacional.
La falta de confianza tuvo un costo alto al punto que el presidente reconoció que "teníamos la soga al cuello". Tal vez ahora se pueda comenzar a escribir otra historia, menos dramática.-
FUENTE: www.clarin.com
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