El acordeonista y pianista Nestor Acuña oriundo de Paso de los Libres, presentó en la noche de éste domingo 04/08 su nuevo disco “Nordeste” en la sala del Complejo Cultural Guido Miranda.
Junto a su disco, Nestor Acuña inicia su carrera solista en un concierto programado para las 21 horas, las entradas tuvieron un precio de $30 generales y se las puedo adquirir en boletería del teatro en horarios de 17 a 22 horas.
El músico subió al escenario de la sala que depende del Instituto de Cultural acompañado por:”Rocio Acuña” en voz, “Germán Arriazu”, en guitarra, “Juanchi Cardozo”, en contrabajo, “Julio Blanco” en Violin y el propio Néstor en acordeón, piano y composiciones. Invitado “Lucas Monzón” en acordeón.
Instrumentista versátil, Acuña integra además un dúo con su hermano Ariel y es muy requerido para acompañar artistas tan disímiles como Jairo, Bersuit y Facundo Saravia.
“El acordeón se amolda a todos los géneros”, dijo este chamamecero de ley, que admite influencias del jazz y la música brasileña en sus composiciones, y que acompañó además a Teresa Parodi, Enrique LLopis y Ramona Galarza.
“Este trabajo me gusta mucho. Y sobre todo el tema que le da título al disco, que abre este material, porque en sus sonidos se percibe el paisaje, esa selva misionera. Me encanta componer con recuerdos y el acordeón me lo permite, porque tiene un colorido único.
Y aquí se va a valorar mucho mi música, porque Rosario es una de las ciudades en donde más se desarrolló el chamamé, sobre todo por Antonio Tarragó Ros, padre, que hizo mucho por el género cuando vivía en esta ciudad.” (Nestor Acuña)
Desde la tapa del disco se vislumbra ya la ductilidad y dualidad de este talentoso músico correntino, escondido o mejor dicho complementado entre el silvestre acordeón y el urbano piano.
Hace ya casi seis años, en octubre de 2007, presentamos Tierras de agua, el disco de los misioneros Hermanos Núñez y Chacho Ruiz Guiñazú . Si bien Nordeste tiene evidentes puntos de contacto con aquella producción, representa otro tipo de acercamiento a la música de la Mesopotamia.
Néstor Acuña es oriundo de Paso de los Libres, Corrientes, y se formó en su pago como pianista y acordeonista autodidacta. Luego estudió armonía, contrapunto y composición en Buenos Aires. Esta grabación es su opera prima como autor e intérprete, pero tiene una larga carrera como sesionista de otros músicos y una incipiente labor como productor artístico. Eso se nota, es un primer disco de un artista maduro, que no intenta mostrar “cuánto toca” y que le da a los silencios un valor especial. Si hubiera que resaltar otra virtud derivada de esta madurez que apuntamos, sería que los temas duran siempre lo justo. A veces alcanza con dos minutos, como en La fiesta.
Siempre es difícil transcribir a un papel un fenómeno sonoro; la música instrumental, hecha sin palabras, aumenta esta dificultad. ¿Cómo suena este grupo de Néstor? Es una curiosa y natural superposición de influencias. Su pianismo es elegante y firme, sutil, delicado pero preciso y nunca lejos de la tierra. El canto de su acordeón, de una agilidad admirable en la mano derecha, la del teclado, recuerda en momentos de Nordeste (primer tema que da nombre al disco) a la soltura melódica de los músicos de jazz. El piano, por ejemplo en Remansos, muestra la influencia diversa pero no tan alejada de los románticos del siglo XIX (Chopin, Liszt) y de Gershwin al mismo tiempo.
La pieza es una galopa pero tiene una cruza de lenguajes tal que en ella se perciben los aromas del jazz, de la música académica y de la del litoral por partes iguales. La ductilidad de los músicos que participaron de la grabación del disco (y que son su grupo habitual, con algunos invitados) permite estos desplazamientos y “viajes” sonoros. Las líneas precedentes podrían inducir a confusión: no se trata de la temida “fusión” ya pasada de moda.-
