SANITARIOS TARAGUI

viernes, 6 de diciembre de 2019

Las fábulas y ficciones que rodean la figura de María

Entre ellas su “inmaculada concepción”

En materia de fama, al principio las cosas no le fueron muy bien a María, la galilea.

Si bien en Lucas su nombre es citado 14 veces, en Mateo sólo aparece en dos oportunidades, en tanto que en Marcos y en Juan ni siquiera se la menciona.

En Hechos figura una sola vez. Luego, en todo el resto del Nuevo Testamento, nadie se acuerda de ella.

El propio Jesús -aunque esto no es creíble- se mostraba muy poco cortés con ella (Lucas 8:19-21), y hasta se dirigía a ella como “mujer”, no como madre (Juan 2:4).

El teólogo francés René Laurentin, quien falleció hace dos años a los 99 años y es considerado el mayor experto en mariología, afirmó en su libro “La Virgen María” que en los primeros siglos del cristianismo casi no se la nombraba y que no se conocen de esos tiempos datos de festividades en su honor.

Dijo Laurentin que en esos primeros siglos “numerosos Padres de la Iglesia reconocían pecados en la Madre de Jesús”, entre ellos “falta de fe en Cristo”, “orgullo” y “vanidad”.

Influyentes sectores católicos como los nestorianos, seguidores del patriarca de Constantinopla, Nestorio, enseñaban que Jesús no es Dios y por lo tanto María no es madre de Dios, como afirmaban los que respondían a Roma.

Pero la suerte de María cambió con el Concilio de Efeso desarrollado entre el 22 de junio al 16 de julio del año 431. Allí le dieron estatus de “Madre de Dios”, lo cual provocó un verdadero terremoto en el seno de la Iglesia Católica, tembladeral que incluyó la cárcel y el destierro para algunos opositores, entre ellos Nestorio.

A partir de ese Concilio, la devoción hacia la esposa del carpintero José no dejó de crecer. A medida que pasaba el tiempo además del de “Madre de Dios” iba recibiendo títulos como “Reina de los Cielos”, “Reina de los Ángeles”, “Reina del Paraíso”, “Reina de los Mártires” y “Reina del Universo”.

La fábula de la Inmaculada Concepción

Además de los referidos títulos, que en total suman catorce, para ensalzar aún más la figura de la galilea en distintos momentos la Iglesia fue inventando fábulas y ficciones dignas de la mitología griega y egipcia. Una de ellas tiene que ver con su “inmaculada concepción”, que se celebra éste 8 de diciembre.

Para dicha fábula se usó Génesis 3:15: “Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu linaje y el suyo. Él te aplastará la cabeza y tú le acecharás el talón”.

La Iglesia afirma que “la mujer” de la que habla dicho texto se trata de María.

Dice, al respecto: “Esta mujer fue la gloriosísima Virgen María nuestra Señora, a la cual ya desde entonces puso Dios para capitana y señora de campo para que pelease con la serpiente infernal y le quebrantase la cabeza para que no destruyese a su bendito hijo. 

Y al escogerla para tan gran empresa la eximió de contraer el pecado original que los hombres han heredado de su primer padre, y que su concepción sería todo pura, y su alma en el primer instante de su ser sería llena de gracia”.

Añade: “Como fue sin pecado concebida jamás tuvo movimiento desordenado ni dijo palabra ociosa, ni cayó en la menor imperfección del mundo, ni en cosa que oliese a pecado”.

Argumenta seguidamente que “desde su misma inmaculada concepción comenzó a merecer la gloria y tomó la corrida para alcanzar la joya de la bienaventuranza con tan largos pasos que a todos los otros santos ella dejó atrás”.

“Por eso –concluye- el Señor dice de ella que es entre todas las hijas suyas como la azucena entre las espinas, que es amiga suya, que es toda hermosa y sin mancha alguna de pecado, que es su paloma querida y perfecta, y que es como un huerto cerrado y lleno de aromas”.

La cuestión es que en base a aquel texto extraído del Génesis y de los extraños fundamentos citados, el 8 de diciembre de 1854 el papa Pío IX fijó como dogma de fe la doctrina de la “Inmaculada Concepción”, ratificado casi un siglo después, el 1 de noviembre de 1950, por otro papa de igual nombre.

La “concepción virginal”

Otra de las fábulas vinculadas a María es la de la concepción virginal de Jesús, dogma que inteligentemente copiaron de antiguos mitos religiosos de Egipto y Persia.

Los egipcios creían que Isis, la virgen Reina de los Cielos, quedó embarazada un mes de marzo y dio a luz un 25 de diciembre a Horus. Creían que éste fue producto de un acto divino, no de una relación sexual, por lo que lo llamaban “Sustancia de su Padre”.

La imagen de Horus en forma de niño recién nacido, con su cabello dorado, un dedo en la boca y el disco solar (ra) sobre su cabeza era sacada a la adoración pública del pueblo.

A su vez los persas adoraban a Mitra, que según ellos nació un 25 de diciembre de una virgen llamada Anahita.

Unos 300 años después de Jesús la Iglesia Católica elaboró su propia versión de dichas leyendas, en éstos términos que añadió a uno de los evangelios:

“El Ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazareth, a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la Virgen era María. El Ángel entró en su casa y la saludó diciendo: “¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo. 

No temas, María, porque haz agradado a Dios. Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Él será grande y se llamará Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin” (Lucas 1: 26-33).

Hay varios errores en éste texto, comenzando con que en Galilea, que era un país fronterizo con Israel, no existía ninguna ciudad llamada Nazareth. 

Asimismo, que se sepa, Dios nunca le dio a Jesús “el trono de David” y de hecho Jesús nunca dijo ser rey de nada, menos aún de alguna hipotética “casa de Jacob”.

María, “Reina de los Cielos”

Otro invento sobre la figura de María, tal vez el más delirante de todos, es el que trata de su muerte, resurrección al tercer día, asunción al cielo y coronación.

En éste caso, la Iglesia diseñó la siguiente fábula:

“La asistieron en su dichosa muerte los santos apóstoles y también Hiroteo, Timoteo, Dionisio, Areopagita y otros varones apostólicos que con velas encendidas rodeaban el lecho de la Virgen; y que en habiendo expirado, no por dolencia alguna sino por enfermedad de amor y deseo de ver y abrazar a su divino Hijo glorioso, sepultaron honoríficamente su inmaculado cuerpo en el Huerto de Getsemaní, con muchas flores, ungüentos olorosos y especies aromáticas.

Pero no era conveniente que aquella verdadera arca del Testamento padeciese corrupción, y a los tres días resucitó la Madre, como había resucitado su Hijo unigénito, el cual la vistió de inmortalidad y de claridad y hermosura sobre todo lo que se puede explicar y comprender, y la llevó sobre las alas de los querubines en triunfal procesión hasta lo más alto del cielo, y hasta el trono de la santísima Trinidad.

Allí fue coronada por las tres Personas divinas, con inefable gloria y regocijo de todas las jerarquías y coros celestiales. La coronó el Padre con diadema de Potestad, el Hijo con corona de Sabiduría, y el Espíritu Santo con corona de Caridad.

Allí fue aclamada por soberana Princesa de los ángeles, arcángeles, tronos, dominaciones, potestades, querubines y serafines, y por Reina de los apóstoles, de los mártires, de los confesores, de las vírgenes y de todos los santos.

Finalmente, allí fue constituida Emperatriz del Universo y Reina soberana de todas las criaturas”.

Estas fábulas (como las de sus numerosas “apariciones”) fueron inventadas en épocas ya lejanas de la Iglesia Católica. A la luz de la ciencia, del pensamiento, de la lógica y del sentido común, ¿se puede hoy creer en ellas?.-

FUENTE: Vidal Mario - (Historiador)

0 comentarios:

Publicar un comentario

Espacio Publicitario | Área de Anunciantes

MICRO COMERCIAL - EL REY DEL SANDWICH

MICRO COMERCIAL - CHACOPRESS

MICRO INSTITUCIONAL - CONTACTO INICIAL

MICRO COMERCIAL - DIARIO PRIMERA LÍNEA

MICRO COMERCIAL - SUBSECRETARÍA DE DEFENSA AL CONSUMIDOR

Espacio Publicitario | Área de Anunciantes