El hecho ocurrió delante de sus compañeros de curso y la profesora de Inglés, que elevó un informe a la Dirección.
Como respuesta, la directora decidió aplicarle a ambas 5 días de suspensión.
Las madres de las chicas fueron citadas para ponerlas al tanto de la situación y una de ellas exigió que se revea la sanción y su hija pueda continuar asistiendo a clases.
“Me parece que por un beso no la pueden privar de su derecho a la educación”, dijo la mujer, entrevistada por Gustavo Ramela en Radio Visión.
Ante el rechazo a su planteo, formalizó una denuncia por discriminación contra las autoridades escolares, entendiendo además que la medida buscaba reprimir la orientación sexual de su hija.
Por otro lado, la directora informó del caso a la Regional Educativa 4 A, con sede en Sáenz Peña, desde donde la funcionaria a cargo: María Cristina Linckiewicz, le solicitó que dejara sin efecto la sanción y habilitara una instancia para “trabajar pedagógicamente” el caso con las áreas pertinentes, los capacitadores de ESI, el curso completo de las niñas y sus familias.
Enrrevistada por el mismo medio, Linkkiewicz admitió que tras la pandemia advirtieron un cambio en la conducta de los estudiantes, entre ellos la pérdida del manejo de las relaciones sociales y los ámbitos de intimidad.
Para ella, la realidad impone actualizar permanentemente los criterios adoptados en los códigos de convivencia, pero que aún cuando estos no admitan situaciones como la que se vivió en la 146, la sanción de suspensión no está contemplada en ninguna normativa vigente.-
FUENTE: http://hdpnoticias.com.ar/
