Heridos y tensión social en la ciudad cabecera del Departamento General Güemes, en el noreste del Chaco.
La secuencia fue brutal: 47 policías terminaron lesionados, hubo tres móviles dañados y 11 escudos destrozados.
De acuerdo a un relevamiento de NORTE en el lugar de los hechos, todavía se siente en el aire la tensión de Villa Río Bermejito.
Lo ocurrido ayer sorprendió y puso en alerta no solo al pueblo sino a toda la provincia del Chaco. En el programa "Buen Día NORTE", el jefe de la Policía del Chaco, comisario general (R) Fernando Romero analizó el panorama y dejó definiciones sobre el impacto de la triste crónica de la localidad.
Las postales recogidas videos y los relatos no dejaban dudas: lo que se vivió fue una jornada de alta tensión entre manifestantes y la policía.
Especialistas refieren que el saldo pudo haber sido funesto, pero por esas cosas del azar no sucedió lo peor.
¿Qué pasó en Villa Río Bermejito?
Todo comenzó con una protesta de pueblos originarios en reclamo por el corte de pensiones. El puente entre el origen legítimo del reclamo y el caos se rompió de un palazo: un efectivo policial recibió un fuerte golpe en la cabeza.
Esto, registrado en un video que rápidamente se viralizó, desató una reacción en cadena: disturbios, uso de la fuerza, disparos con balas de goma y un saldo preocupante.
El comisario inspector Villaboa Barbetti terminó con cuatro puntos de sutura. Otro agente, de la infantería de Castelli, fue herido por un proyectil de arma de fuego calibre 22 que atravesó su protección (canillera) y quedó alojado en su pierna.
La secuencia fue brutal: 47 policías terminaron lesionados, hubo tres móviles dañados y 11 escudos destrozados.
Del lado de los manifestantes, cinco personas –todas mayores y pertenecientes a comunidades originarias– pasaron por la comisaría, aunque recuperaron la libertad al anochecer.
El relato policial
El jefe de la Policía del Chaco, Fernando Romero, describió la escena: él y buena parte de la cúpula policial llegaron a reforzar el operativo desde horas tempranas. "Estamos con fuerza efectiva suficiente para garantizar la paz social", aseguró.
Detrás de esas palabras hay historias personales de dolor: policías con fracturas, traumatismos y heridas de todo tipo, muchos con imágenes todavía frescas en sus cuerpos. "Fue como un hospital de campaña", detalló Romero.
El enfrentamiento fue a la vera de la ruta, involucrando a unos cincuenta efectivos contra entre 300 y 400 manifestantes.
Hubo agresiones con palos, piedras, ladrillos, armas blancas y hasta bombas molotov. Varios episodios quedaron capturados en videos y forman parte de la investigación abierta, que se caratuló como "resistencia y atentado contra la autoridad, daño al ambiente del Estado y lesiones contra personal policial".
Los policías lesionados se contaban sin respiro. La imagen en la comisaría habla por sí sola: uniformados con la ropa ensangrentada, algunos sentados, otros de pie, todos buscando atención médica improvisada.
Un trasfondo de drama social y preguntas abiertas
El detonante del reclamo: la suspensión de pensiones graciables, especialmente sensibles para familias de pueblos originarios.
Según fuentes policiales, el origen de la protesta tiene que ver con la angustia de quienes se quedaron sin ese ingreso, sumas que si bien son bajas, resultan vitales para hogares vulnerables.
El propio gobierno provincial apunta a factores políticos detrás de la protesta; incluso se identificó a uno de los participantes como excandidato del Partido Justicialista.
Pero, ¿fue un reclamo legítimo que derivó en violencia por acciones aisladas, o hubo una intención premeditada de forzar el desorden?.
Mientras Romero destaca el profesionalismo de sus fuerzas y asegura que el objetivo es restaurar y preservar la paz social, no deja de señalar que la agresión hacia los efectivos no tiene justificación .
Tensa calma
De acuerdo al reporte ofrecido por el jefe de la Policía del Chaco, en el programa "Buen Día Norte", al momento de la publicación de esta nota los ánimos parecen calmarse.
Si bien se identificó a algunos responsables del uso de armas y explosivos caseros, siguen libres aunque bajo la lupa de la fiscalía.
Los refuerzos policiales permanecerán algunos días en Bermejito hasta que la situación esté completamente pacificada.
La justicia continúa investigando y, aunque no se esperan nuevas detenciones a corto plazo, el ambiente sigue cargado de tensión.
Desde el costado humano, el saldo es amargo para todos. El dolor de los policías, la bronca de quienes reclaman por ingresos perdidos, y el eco de una jornada que recordó lo frágil que es el equilibrio social en muchas localidades chaqueñas.-
FUENTE: www.diarionorte.com
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